PERALTA POZANCO, PAULA
Verano de 2019, Barcelona.Primero hablaron de atentados. Al principio, cuando tomaron las calles, los reporteros los llamaron violentos.Infectados, cuando los ataques escalaron en geografía, número yagresividad solo en cuestión de horas. Sin embargo, las comunicaciones cayeron antes de que las autoridades se pusieran de acuerdo en lo que eran.La cuestión es que para ese entonces ya era tarde. Demasiado. Ymis amigos y yo, que planeábamos celebrar nuestra graduación despuésde cuatro agónicos años de universidad, nos vimos atrapados en mitaddel apocalipsis.Me llamo Ariadna y tengo 22 años. Nunca pensé que elmundo fuera a terminarse antes que yo. Sin embargo, sé que este es elfinal. Sé que no hay nada más allá y que lo único que nos queda esesta eterna carretera.Así que esta es nuestra historia.Nuestradespedida.La nuestra, y la de todas esas posibilidades muertas.